Los egipcios ya producían Aceite de Oliva en torno al año 2.000 A.C. Principalmente lo hacían con fines cosméticos.
Aún así, fueron los fenicios los que introdujeron el cultivo del olivar en el mediterráneo en el siglo XI A.C.
Los romanos acabaron explotando la producción de Aceite de Oliva, siendo Jaén principalmente y Córdoba las mayores productoras del imperio.